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Era una hermosa tarde. Había una perfecta brisa mientras estaba parada en mi patio y comencé a platicar con mi maravilloso Salvador. Sentí la urgencia de orar específicamente por protección para mi corazón, así que lo hice. Recuerdo pedir al Señor que no permitiera el odio ni que ningún otro sentimiento que no estuviera alineado con su palabra o voluntad viviera en mi corazón. Proverbios 4:23 nos amonesta: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”

Pero muy poco sabía que la peor tormenta de mi vida se estrellaba hacia mí, prometiendo todo tipo de vientos destructores para mí y mi familia. La tormenta a la cual me refiero no era física. Era una batalla espiritual, y fue un tiempo oscuro para nosotros.

Si usted es madre, estoy segura de que está de acuerdo conmigo en el hecho de que preferimos que algo nos hiciera daño a nosotras y no a nuestros hijos. Mi prueba incluía dolor y tristeza para el fruto de mi vientre, y para mí fue muy duro lidiar con eso. De acuerdo a como juzga el mundo, yo tenía todo el derecho de odiar, despreciar, y desdeñar a aquellos que hicieron daño a mis hijos; pero porque mi corazón estaba protegido por Dios, no fui capaz de odiarles. Mi corazón estaba desencadenado, libre para orar y alabar. Fui capaz de ver claramente en medio de una noche oscura y clamar a aquel que podía ayudarme y ayudar a mi familia a sobrevivir la tormenta. Él nos rescató. Respondió nuestras oraciones. ¡Salimos victoriosos!

“El caballo se alista para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria.” (Proverbios 21:31).

Yo no sé lo que actualmente estés enfrentando o estés a punto de enfrentar, pero te animo a proteger tu corazón. Llénalo con la palabra de vida, con oración y alabanzas al Señor, y nútrelo con tu asistencia a la iglesia. Cuando tenga sentido hablar amargura porque has sido herida, en vez hablarás misericordia, perdón, y amor, ¡porque de eso está lleno tu corazón!

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.” (Lucas 6:45).

Autora: Tere De la Rosa

1 Comment

  1. Dodie Woolem

    This devotion is in Spanish and that’s not one of my languages, unfortunately.